Que Significan las Propiedades Medicinales de las Plantas ?

A continuación, os pongo una relación de la mayoria de las propiedades medicinales que nos ofrecen las plantas medicinales para de este modo cuando la leais en algun momento sepais su significado o de que trata.....

Absorbente: Nombre otorgado al medicamento que absorbe los líquidos o los gases, tanto en uso externo (llagas supurantes) como interno (tubo digestivo).

Adelgazante: Favorece la pérdida de peso por una acción diurética o por disminución del apetito. Es lo contrario de adipógeno.

Adipógeno: Favorece la acumulación de grasa, aumentando el tejido adiposo, a menudo por aportación de lípidos.

Adsorbente: Fija en la superficie una sustancia líquida o gaseosa y favorece con ello su eliminación.

Afrodisiaco: Aumenta la potencia y el deseo sexual. Ninguna planta es realmente afrodisiaca.

Alergénico: Capaz de provocar reacciones alérgicas.

Amargo: Véase Plantas amargas.

Analéptico: Véase Estimulante.

Analgésico: Calmante del dolor.

Anestésico: Suprime la sensibilidad. Su acción puede ser local o general; en este caso también disminuye la consciencia, pudiendo incluso llegar a su depresión.

Antálgico: Combate el dolor, tanto al nivel del órgano dolorido como del sistema nervioso central.

Antianémico: Combate la anemia mediante la aportación de vitaminas y minerales (hierro) que ayudan a la sangre a reconstruir el número de glóbulos rojos.

Antidiabético: Véase Hipoglucemiante.

Antidiarreico: Combate la diarrea, mediante acción astringente, adsorbente, desinfectante o moderadora del tránsito intestinal.

Antiescorbútico: Combate el escorbuto aportando vitaminas, en particular vitamina C.

Antiespasmódico: Relaja ciertos músculos dolorosos. Al actuar sobre el influjo nervioso que dirige el ritmo de la contracción muscular, calma espasmos, convulsiones y afecciones nerviosas.

Antiflogístico: Reduce las inflamaciones, oponiéndose a las reacciones del organismo.

Antigotoso: Combate la gota, oponiéndose a la formación de ácido úrico o disminuyendo su nivel en la sangre.

Antihelmíntico: Véase Vermífugo.

Antihemorrágico: Cohibe la hemorragia al facilitar el cierre de los capilares sanguíneos o favorecer la coagulación.

Antiinfeccioso: Véase Antiséptico.

Antiinflamatorio: Véase Antiflogístico.

Antilácteo: Véase Galactófugo.

Antilitiásico: Se opone a la formación de cálculos en las vías biliares o urinarias, o contribuye a su disolución.

Antináusea: Véase Antivomitivo.

Antineurálgico: Combate los dolores ducidos en el trayecto de los nervio: sitivos.

Antipirético: Véase Febrífugo.

Antiséptico: Destruye los gérmenes o impide su desarrollo, lo que evita el contagio; contribuye a la desinfección de heridas y permite limpiar ciertos órganos. El eucalipto y el pino son antisépticos de las vías respiratorias.

Antisudorífico: Disminuye la secreción de sudor.

Antitérmico: Véase Febrífugo.

Antitusígeno, antitusivo: Véase Béquico

Antiulceroso: Mejora el estado de las ulceras digestivas, reduciendo el nivel de acidez o protegiendo la mucosa.

Antivomitivo: Combate las náuseas de origen nervioso o espasmódico.

Aperitivo: Encierra principios amargos que estimulan el apetito y preparan la serie de operaciones digestivas.

Aromático: Contiene aceites esenciales muy olorosos. Las plantas aromáticas son tónicas y estimulantes; a veces estomacales.

Astringente: Cierra y contrae los tejidos capilares y orificios y tiende a disrr la secreción de las mucosas. Las plantas astringentes son a menudo antihemorragicas y pueden provocar estreñimiento

Bactericida: Véase Antiséptico.

Balsámico: Contiene bálsamos que suavizan las mucosas respiratorias.

Béquico: Calma la tos y la irritación faringe.

Calmante: Véase Sedante.

Callicida: En aplicación externa, permite extirpar los callos.

Cardiotónico: Refuerza, retarda y regula el latido del corazón.

Carminativo: Favorece la expulsió gases del tubo digestivo. Las plantas carminativas son a menudo aromáticas y estimulantes.

Cicatrizante: Véase Vulnerario.

Colagogo: Contrae la vesícula biliar estimulando así la evacuación de bilis del conducto colédoco al intestino.

Colerético: Estimula la secreción de bilis por el hígado, favoreciendo así la digestión de los cuerpos grasos.

Cordial: Activa la circulación de la sangre y estimula las funciones digestivas.

Depurativo: Purifica la sangre, contribuyendo a eliminar desechos mediante una acción diurética, laxante o sudorífica.

Desodorante: Enmascara los malos olores

Detersivo: Limpia las heridas y las ulceras, facilitando así su cicatrización

Diaforético: Véase Sudorífico.

Digestivo: Ayuda a la digestión, facilitando la actividad del estómago.

Diurético: Colabora en el proceso de depuración de la sangre al eliminar las toxinas que contiene. Ciertas plantas diuréticas eliminan los cloruros y son útiles en caso de edema; otras eliminan la urea y algunas pueden aumentar temporalmente la secreción de orina.

Drástico: Provoca contracciones enérgicas del intestino, con una fuerte eliminación de heces.

Emenagogo: Estimula o favorece el flujo menstrual.

Emético: Provoca vómitos, lo que permite vaciar el estómago en algunos casos de envenenamiento.

Emoliente: Ejerce un efecto calmante sobre la piel y las mucosas inflamadas.

Estimulante: Excita las funciones de alerta, la actividad nerviosa y vascular. Hay estimulantes de órganos concretos, como el tubo digestivo o el corazón.

Estomacal: Véase Digestivo.

Estornutatorio: Provoca estornudos.

Eupéptico: Véase Digestivo.

Eupneico: Regulariza la respiración y aclara las vías respiratorias.

Expectorante: Favorece la expulsión de secreciones de los bronquios y faringe.

Febrífugo: Combate la fiebre o previene los accesos.

Fluidificante: Reduce las secreciones bronquiales a un estado más líquido o fácil de expectorar. Ciertos fluidificantes ejercen una acción depurativa sobre la sangre.

Fundente: Véase Resolutivo.

Galactagogo: Favorece o activa la secreción de leche durante la lactancia.

Galactófugo: Reduce o detiene la secreción de leche.

Hemolítico: Ataca a los glóbulos rojos, provocando a veces ictericia y anemia.

Hemostático: Cohibe la hemorragia por acción vasoconstrictora o por aportación de factores coagulantes (vitaminas K y P).

Hepático: Ayuda a las funciones digestivas del hígado y de la vesícula biliar, en particular la secreción y evacuación de bilis.

Hipertensor: Eleva la presión sanguínea en las arterias, a menudo por un efecto estimulante.

Hipnótico: Induce el sueño al actuar directamente sobre el hipotálamo o por sedación general del organismo.

Hipocolesterolemiante: Reduce el nivel de colesterol en la sangre, con lo que puede disminuir el riesgo de arteriosclerosis.

Hipoglucemiante: Disminuye el contenido de glucosa en la sangre.

Hipotensor: Provoca un descenso de la tensión arterial.

Insecticida: Destruye cierto número de insectos. Los principios insecticidas suelen estar contenidos en aceites volátiles.

Laxante: Facilita la evacuación de las heces al aumentar su volumen o al estimular el movimiento peristáltico del intestino.

Lenitivo: Véase Emoliente.

Mucilaginoso: Contiene hidratos de carbono que se hinchan con el agua, formando una solución viscosa llamada mucílago, de virtudes emolientes.

Narcótico: Procura un sueño pesado y artificial, a menudo acompañado de pérdida de sensibilidad.

Oftálmico: Util para tratar ciertas afecciones del ojo o del párpado.

Parasiticida: Destructor de parásitos (insectos, ácaros, gusanos).

Pectoral: Ejerce una acción benéfica sobre el aparato respiratorio. Las plantas báquicas y las expectorantes son pectorales.

Plantas amargas: Estimulan el apetito y activan las funciones gástricas. Además de aperitivos y tónicos, los amargos o plantas amargas son a menudo febrífugos. Deben el nombre a su gusto.

Purgante: Laxante muy fuerte, que acelera el peristaltismo, pudiendo irritar la mucosa intestinal.

Refrescante: Calma la sed y baja la temperatura corporal. Las plantas aciduladas suelen ser refrescantes.

Remineralizante: Por su aportación de sales minerales y oligoelementos permiten restaurar el equilibrio mineral del cuerpo.

Resolutivo: Favorece la resolución de hinchazones e inflamaciones, lo que devuelve los tejidos a su estado normal.

Revulsivo: En aplicación externa produce un enrojecimiento de la piel que evita o mejora un proceso interno más peligroso. En uso interno contribuye a descongestionar los órganos.

Rubefaciente: Produce irritación y enrojecimiento de la piel.

Sedante: Calma y regulariza la actividad nerviosa.

Somnífero: Véase Hipnótico.

Suavizante: Véase Emoliente.

Sudorífico: Estimula la transpiración.

Tenífugo: Véase Vermífugo.

Tónico: Ejerce una acción fortificante y restauradora sobre el organismo.

Tranquilizante: Véase Sedante.

Vasoconstrictor: Provoca la disminución de calibre de los vasos sanguíneos.

Vasodilatador: Dilata los vasos sanguíneos, provocando la turgencia de los tejidos irrigados.

Vermífugo: Expulsa los gusanos intestinales. Se utilizan diferentes plantas según el tipo de gusano (áscaris, oxiuros o tenia).

Vesicante: Véase Rubefaciente.

Vomitivo: Véase Emético.

Vulnerario: Contribuye a la cicatrización de las heridas y a la curación de las contusiones.

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